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miércoles, 12 de mayo de 2010

PENSAR CON CELIA AMORÓS



Acaba de publicarse el libro “Pensar con Celia Amorós”, de Marián López Fernández Cao y Luisa Posada (Eds.), Editorial Fundamentos. Madrid 2010.

Se trata de un libro colectivo en el que veinticinco personas, entre las que me encuentro, hacemos un homenaje a la gran pensadora y feminista que es Celia Amorós.

Mi modesta contribución se titula “ ’Sören Kierkegaard o la subjetividad del caballero’ de Celia Amorós: una lección imprescindible”.

En las páginas 66-67 del citado libro escribo:

“En algunas ocasiones, cuando se lee la obra de algunas personas que son capaces de producir ideas que resultan fecundas para la humanidad, se siente la pena de no haber compartido la época con ellas, la pena de no haberlas conocido.

Afortunadamente, quienes tenemos el privilegio de conocer a Celia Amorós, nos encontramos en el centro mismo de la reflexión filosófica y feminista de interés.

Celia Amorós es una gran maestra. Decir esto es una obviedad, pero hay que decirlo de modo que se entienda que es verdad, que no se le están regalando títulos retóricamente.

Hay una locución latina que creo que la define muy precisamente: Suaviter in modo, fortiter in re. Significa que es capaz de conciliar la energía de la acción con la suavidad y las buenas maneras en el trato. La locución, en principio se concibió como norma del éxito. Y éxito, aunque no se trate de negocios, es lo que tiene Celia Amorós, pues logra que todas sus empresas intelectuales lleguen a buen puerto. Es, además, portadora, no de las esencias de la feminidad, sino de las virtudes aristotélicas, tanto las dianoéticas como las éticas, es decir, tanto aquellas que se adquieren por el estudio y la reflexión, como las que se adquieren por costumbre. Celia Amorós encarna perfectamente el ideal de intelectual con una probidad moral intachable y un trato agradable y especialmente generoso. Fuerte y valiente, es, sin embargo la prudencia su virtud más acusada, junto con la justicia, hacia donde siempre “están mirando” su pensamiento y su acción. Las personas de mi edad tenemos con ella una deuda de gratitud insaldable.”

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