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martes, 20 de mayo de 2014

CAÑETE


El Cañete ese, el millonario que se presenta a europarlamentario, dice que no es tonto, como nos pareció, sino que no quiso hacer gala de su superioridad intelectual ante una mujer, para no ser acusado de machista. No me gusta la palabra machista, prefiero el término técnico, sexista. Y este sujeto es sexista, cosa que está prohibida por nuestra Constitución, como el racismo, pongo por caso. Y el sexismo es igual de odioso que el racismo. Pero él y sus secuaces y secuazas siguen tan orondos. Incluso el inefable Maruenda habla, como hace siempre por lo demás,  de que el tipo es abogado del estado y bla, bla, bla, haciéndose el tonto, como que no sabe que el Cañete este pertenece a una generación en la que solo estudiaban los que tenían posibilidades económicas y que como había una sequía tremenda de cuadros medios y superiores, aprobaban las carreras y las oposiciones todos aquellos que se matriculaban y se presentaban a la oposición. Por esa razón tantos sujetos analfabetos reales tienen pomposos títulos universitarios y cargos, carguitos y carguetes. La realidad de la cosa es que estos sujetos tienen pasta (y, por cierto, últimamente estamos viendo que nuestra pasta desaparece al ritmo que aumenta la de otros. ¿será envidia lo que tenemos?)
Creo que tenemos que pedir responsabilidades a todos y cada uno y cada una  de los votantes, afiliados y simpatizantes de la zafiedad de sus ¿argumentaciones? para “sostenella y no enmendalla” y seguir sosteniendo una supuesta superioridad masculina, que si nos fijamos en quien la presume, es absolutamente fantasiosa.
Porque, además, no solo piensan que las mujeres (¿hablarán por las suyas?) tenemos escasa capacidad intelectual, sino que están convencidos que la pasta y el poder es sinónimo de superioridad intelectual.
Pero no, Cañete, la fuerza, cualquier tipo de fuerza, ya sea del mamporro, del robo o del insulto, no es garantía de superioridad intelectual. ¿No lo sabía?

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